Este álbum está formado por diez pequeñas decepciones que juntas forman una muy grande, pero tampoco vamos a hacer mucho drama por ello: solo lo que dura el disco, que es media hora escasa. Puede parecer un disco para cantar enfadado, pero en realidad esperamos que sea muy catártico, y que cuando lo escuches del tirón, al acabarlo, entres en un modo zen de paz y felicidad, te hagas un gurú de los libros de auto-ayuda y en definitiva, te conviertas en la típica persona de la que haríamos una canción. En el fondo te envidiaríamos porque aquí seguimos, metidos en la espiral de autodestrucción.